lunes, 18 de noviembre de 2013

Vagabundeando o la ciencia de descubrir arte al andar. La exposición del fotógrafo Sergio Larraín.

Cuando pensamos en la palabra "vagabundear", inmediatamente una serie de imágenes negativas vienen a nuestra mente. Sin embargo, si reflexionamos un poco más, podemos encontrar una cierta poesía en la idea de andar errante. De hecho, la misma idea de viajar, comporta la idea de desplazamientos, muchas veces continuos. La vida del fotógrafo chileno -fallecido en el 2012- Sergio Larraín, tiene mucho de "vagabondages" y sus fotografías no solo transmiten imágenes, sino la melancolía que encierra el viaje en sí mismo. 

En mi caso, lo insólito es que, meses antes de emprender el viaje a París, cayó bajo mis ojos -porque llegué a él a través del internet- el artículo del que extraigo una de las ideas que articuló la vida de Larraín: 

"El juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas. Ir a Valparaiso, o a Chiloé, por las calles todo el día, vagar y vagar por partes desconocidas, y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren, ir a una parte que a uno le tinque, y mirar, dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto, DEJARSE LLEVAR por el gusto, mucho ir de una parte a otra, por donde te vaya tincando. De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas". 

Extrañas coincidencias de la vida, meses después pude apreciar las fotografías del chileno y ver a través de sus ojos, su manera de ver el mundo: como un andar continuo, una suerte de cadena de descubrimientos que no deben terminar nunca. 


París. Larraín.
Él dejó todo, su vida acomodada y su profesión, para echarse a sentir y "revelar" los negativos del mundo. Sus fotografías, llenas de texturas, nos transmiten el día a día, donde la gente sencilla coexiste. Así, él fue revelando los "poros" de las calles de París, como las del Cusco; se fue internando, como si de un Toulouse-Lautrec más reciente se tratara, en los burdeles de Valparaíso; y, fue rescatando de la desidia del mundo, a los niños abandonados de esa ciudad, haciéndolos visibles a través de sus fotografías.

Píssac (1960). Sergio Larraín,




La muestra realizada por la Fondation Cartier-Bresson (quien fue un gran fotógrafo que estuvo estrechamente vinculado a los trabajos de foto periodismo de Larraín), en su pequeño local -acogedor y modernista en su arquitectura-, resulta sobria, sin aspavientos, para así privilegiar la observación de la obra del artista.





En la parte central de las dos salas donde se expone su trabajo, dos grandes vitrinas centrales muestran cuadernos del artista, así como colaboraciones que hizo para revistas de la época. A pesar de que la visita era pagada (6 euros para los simples mortales como yo), pude ver un importante grupo de personas transitar durante la hora que estuve en la muestra, gente, además, que básicamente era europea, es decir, hay un conocimiento o un interés por descubrir la obra de este artista latinoamericano que, claro está, desarrolló parte importante de su trabajo , también, en Francia. Menciono esto porque, junto con esta muestra, se presenta en el Museo du Quai Branly, la exposición Nocturnes de Colombie, donde se pueden ver los trabajos (vídeo arte, fotografía...) de cuatro artistas colombianos; en el Museo de l´Orangerie, la muestra de Frida Kahlo y Diego Rivera (post 1) y, finalmente, mañana se apertura una gran muestra consagrada a artistas latinoamericanos (fotógrafos), desde el año 1968, en la Fondation Cartier. Así que ello me lleva a reflexionar sobre este interés por volver la mirada hacia nuestro "continente" -y lo pongo entre comillas porque generalmente se le particulariza, es decir, es diferenciado de EE.UU y Canadá, ya que al primero solo lo llaman "l´Amérique" ...-, y sus realidades y las manifestaciones artísticas que genera.

Valparaiso. Passage Bavestrello. 1952.
Fuente: 
www.magnumphotos.com
Y ya antes de ir a soñar dormida, me quedo -y los dejo-, con la idea de que quizás, quizás en algunos momentos de nuestras vidas, debemos vagabundear para encontrar arte con solo volver la mirada y, así, encontrarnos nosotros mismos. Después de todo, en francés, vagabundear se refiere, también al "hábito de dejar divagar el espíritu según la voluntad de los sueños". 








[Para entrar en modo de viaje...


Valparaíso. Town of Valparaíso. Café.

Valparaiso. Bar "Los siete Espejos". 1963.

                                                                          ]Fuente: www.fotoespacio.cl/portal/index.php[

1 comentario:

  1. lo adoré!!! muchas gracias por compartir tus experiencias! y pues si, uno se encuentra, encuentra el sentido de muchas cosa, si no de la vida, vagabundeando! gros bisous!

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