Consideraciones sobre la presencia (o no) de las mujeres: el caso de los museos.
En 1989, el colectivo de artistas feministas
“Guerrilla girls” denunciaba con gran ironía y no menos verdad, la casi ausencia
de artistas mujeres expuestas en los museos de arte norteamericanos,
particularmente en el Metropolitan Art Museum de Nueva York. Era sólo un “grito
pintado” que trataba de despertar una producción (la cual, poco a poco, es mayor) de estudios y
medidas tendientes a conocer y valorar el rol jugado por las féminas en la
historia, no sólo del arte, sino también general.
Entonces, los años noventa llegaron con una
preocupación más evidente y compartida en diversas partes del orbe, de hacer
visibles a las “invisibilizadas” de la historia. La Historia, ciencia que se
sustenta en los hechos acometidos por el hombre (en el sentido amplio del
término), parecía haber “olvidado” a la mitad de la humanidad, es decir, la
mujer. De manera que aquellas que destacan o muchas veces eran marginalmente
precisadas (Christine de Pizán, George Sand, Olympe de Gouges, Flora Tristán,
Micaela Bastidas, Santa Rosa de Lima,…), eran las que habían tenido un rol
destacado, que no pudo ser ignorado ni por la más patriarcal escritura
histórica.
Es importante saber que el combate por la revalorización
de lo femenino, se viene librando incluso, en el ámbito museal. De manera
precursora, en 1981, en Alemania, surge el primer museo en el mundo, dedicado a
presentar el aporte femenino en el arte -sin desmedro de su rol histórico -, el
Fraunmuseum en Bonn
Más de una década después, el primer museo (de
titulariedad privada) en el continente africano dedicado a las artes populares
realizadas por las mujeres, el Musée de la Femme Henriette Bathyly, en Senegal,
abre sus puertas en 1994. Tornando a Europa, en la parte septentrional del
Viejo Continente, en Dinamarca, en 1991, el Kvindemuseet i Danmark (Museo de la
Mujer) recibe la acreditación de museo nacional; y en Italia, en 1993 nace el “Museo della Donna – la donna nel corso del tempo”, con una orientación más
de cara al devenir histórico de la mujer.
De un artículo de
la autoría de Christine Bard, en donde se reflexiona sobre las enseñanzas que
se pueden extraer de la organización y orientación de los museos sobre la mujer
en el extranjero, para aplicarlas en una propuesta de creación de un Musée d´histoire des femmes en el país
galo (en Archives du Féminisme: 2002)
–aunque luego reorientado hacia un cybermuseo (en organización desde
2003-2004)-; se deduce lo tardío en la realización de un proyecto de dicha
embergadura en el país de quienes sientan las bases del feminismo como la ya
nombrada Flora Tristán y Simone de Beauvoir, “madre de la teoría de género,
aunque ella no empleara dicho término”, como lo señala Michelle Perrot en su deliciosa
Mon histoire des femmes (2006: 134).
Esto se demuestra además con las tardías exposiciones dedicadas a la mujer y el
arte como Féminimasculin, Le sexe de l´art y Elles, ambas realizadas en
el Centro George Pompidou, en 1995 y 2009 respectivamente; así como la atención
reciente en revistas especializadas como
en el dossier publicado bajo el título“Género y la Historia del
Arte”, en la prestigiosa revista Perspective.
Revue de l´INHA, el año 2007.
Lo cierto es que,
el proyecto postulado por Bard, se concretó en el portal electrónico http://musea.univ-angers.fr/, teniendo como
objetivo –tal como se señala en la página de inicio- “poner en evidencia la
evolución de lo femenino y lo masculino a través de exposiciones temporales y
permanentes”; dicho de otro modo, a través de la oposición genérica, incorporar
a la mujer en la dinámica normal de la evolución histórica, logrando así el
(re)conocimiento del rol que le atañe en la construcción de las sociedades a lo
largo del tiempo.
En su vecino
país, España, el interés por el tema ha quedado evidenciado en distintos cursos
y conferencias que se han realizado en universidades como la Complutense de
Madrid en el 2011 y en la imponente exposición realizada en la sede de la
capital española del Museo Thyssen-Bornemisza y los salones de la Fundación
Caja Madrid, Heroínas. En ella, el
discurso expositivo buscaba transmitir la idea de las “mujeres fuertes:
activas, independientes, desafiantes, inspiradas, creadoras, dominadoras,
triunfantes”; o, como se explica en el catálogo razonado que se publicó, se buscó analizar, a
través del arte, el empoderamiento femenino (http://www.museothyssen.org/thyssen/videoplayer/54, en el link adjunto se puede realizar
la visita virtual a la exposición). En este sentido, el mismo hilo conductor de
la exposición era transgresor: la mujer ya no era más la sumisa, sino el ser
que decidía, asumía y dirigía su propio destino.
En América, Estados Unidos presenta al menos tres
importantes museos dedicados a la mujer: The women´s museum, en Dallas; el
National Museum of women in the art, ubicado en Nueva York y cuyas
instalaciones fueron inauguradas en 1987 con la exposición retrospectiva American women artists, 1830-1930; y el
IMOW (International Museum of Women), todos con una importante actividad,
incluso, en las redes sociales. América Latina también cuenta con algunas iniciativas
a este respecto, como en Argentina (http://www.museodelamujer.org.ar/), así como el bien organizado Museo Evita Perón el
cual cuenta con un instituto, incluso, de estudios sobre este “ícono” de la
historia reciente argentina. En nuestro país, una propuesta aún pendiente fue
la realizada por la historiadora Maritza
Villavicencio para la concreción de un museo de la mujer peruana. No obstante
los ejemplos precisados, cabría preguntarnos ¿cuál es el rol que dicha
institución cumpliría en nuestra sociedad? ¿jugaría un efecto discriminador
contrario –contra el varón- el individualizar los actos femeninos en un museo
únicamente destinado a su papel en la historia patria? ¿ayudaría a
contrarrestar la situación de inequidad subyacente, el descubrir y explicitar
su presencia en los diferentes ámbitos, privados y públicos, de nuestro
suceder?
Estas preguntas podrían abrir un interesante debate, que podríamos empezar a articular reflexionando sobre
lo que actualmente se entiende por museo y su rol en la sociedad actual. Estos ya no son simples
“templos”(recordemos que el mismo término procede del griego museíon o “templo de las musas”) o “panteones” inmóviles y terminados, que
impone un discurso al visitante. Todo lo contrario. La idea del museo como un
lugar sacro ha cedido lugar a la de
un lugar de diálogo, de debate y de construcción propia del aprendizaje. De
esta manera, esta institución se ha transformado en un lugar dinámico y
receptivo, donde se busca despertar la reflexión de los espectadores, educar la
sensibilidad y el sentido crítico. Partiendo de ello, en una sociedad como la nuestra,
en donde los valores patriarcales se hallan, aún, fuertemente enraizados; donde
el feminicidio
es un flagelo palpable y donde la mujer, por ende, va poco a poco abriéndose
campo, debiendo muchas veces enfrentar una mentalidad anclada en la potestas masculina; un museo de la mujer
peruana o la sola inclusión de estas, a través del replanteamiento de muchas de las narraciones museales de nuestros museos -valga la redundancia-, podría cumplir un
rol educativo y social que ayude a transformar los estereotipos de género.
Es fundamental en el siglo XXI, que la escritura de
la historia de la humanidad, deje de ser “falocentrica”, adjetivo acertadamente
utilizado por Linda Nochlin para definir la casi ausencia femenina, durante largo tiempo, de los
grandes museos y galerías de arte, así como de los trabajos especializados de esta ciencia.
Esta situación que podría parecernos ajena, no lo es tanto: sólo por poner un
ejemplo, de los trece maestros de la pintura peruana presentados en una publicación
de hace pocos años del diario El Comercio
(año 2010), sólo dos tomos individuales fueron consagrados al trabajo de dos
artistas mujeres: Julia Codesido y Tilsa Tsuchiya. Si bien es cierto, ya
percibimos la inclusión y reconocimiento de estas connotadas (pero poco
conocidas, a pesar de todo) mujeres de arte; aun la balanza se inclina para el lado masculino. Anecdótico y revelador es el caso narrado por Sofía Pachas
en un artículo sobre la pintora nacional, Teófila Aguirre, autora del lienzo La Batalla de Ayacucho (hoy en el Museo
Nacional de Antropología, Arquología e Historia), cuyo nombre es casi
desconocido y, en el peor de los casos, ha sido “masculinizado”, como la misma
historiadora lo advierte.
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CCE. Lima. Marzo 2013. CVP. |
Como contraparte debemos decir que, ya un buen paso
en la visibilización de producción artística realizada por mujeres,
es la exposición de obras de plásticas activas como Claudia Coca, Teresa
Carvallo, Rustha Luna Pozzi-Escot, entre otras, presentada en las salas de arte
contemporáneo de la Casona de la Universidad Mayor de San Marcos; la realización de festivales de arte urbano como “Nosotras estamos en la calle” (realizada del 5
al 11 de marzo de este año), como parte de las celebraciones por el día internacional de la
mujer y con el auspicio del Centro Cultural España (CCE-Lima).
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Museo de Arte Contemporáneo Casona UNMSM. Lima. 2011. CVP. |
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Cristina Planas. La Frontera. Museo de Arte Contemporáneo. Casona UNMSM. Lima. 2011. CVP. |
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Claudia Coca. Aparecida. Museo Casona de San Marcos. CVP. 2011 |
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Natalia Iguiñiz. Habla perra. Instalación. Museo de Arte contemporáneo. San Marcos. CVP. 2011 |
Atisbar y, aún más, conocer la obra de
estas mujeres también ayuda -de una parte- a acercarnos a los valores sociales que
inspiraron el mundo de su tiempo y comprender cómo ellas mismas los asumieron,
vivenciaron, rebatieron y tradujeron en la construcción de su identidad femenina, lo que muchas veces -no siempre- se trasluce en su obra. Por poner un ejemplo: lo “femenino”, como lo entiende Tilsa
Tsuchiya (1928-1984), se trasluce de tres modos: como individualidad, es decir,
como mujer - con una escala de valores
identitarios forjada de acuerdo a sus propias vivencias (a su lugar de origen,
las costumbres familiares, sociales...)-; como contraparte del hombre, pero sin
un sentido de revanchismo o de oposición negativa, sino como “complementariedad
universal”, en un sentido metafísico influido por sus lecturas orientalistas
-en boga a la época en que se encontraba activa-; y, finalmente, como resultado
de esa comunión hombre-mujer, es decir, en su rol de mater, generadora de vida. Esa visión de su “identidad femenina”
atiende, evidentemente, al contexto en que desarrolló su plástica, en donde su
estancia europea y el mundo cambiante que la rodeaba, la ayudó a construir un
discurso propio sobre lo femenino que, tendrá diferencias con el de una artista
de los años 20 o con otra, actual; y, por supuesto, con la percepción de su
subjetividad, en el caso de un artista varón. De otra, su calidad artística debe ser reconocida en igualdad de condiciones que las de sus pares masculinos. Todo ello ayudará a reconstruir, también, su historia dentro de la historia, por ejemplo, del arte peruano; no ghettoisándolas, sino más bien, cediéndoles el lugar que les corresponde en el devenir artístico.
Así, ya sea desde el campo del arte o de la historia pura, un diálogo franco con todos los componentes de nuestra sociedad, a lo
largo del tiempo, con honestidad y objetividad, nos puede ayudar a construir una sociedad más
equitativa, con una mentalidad más tolerante y respetuosa, así como con un
sentido más correcto de su historicidad.
ALGUNOS DE LOS SITIOS INTERNET DE
INTERÉS CONSULTADOS
BARD, Christine, « Les
musées des femmes à l’étranger », en,
Extrait du Bulletin Archives du féminisme, n° 3, janvier 2002, ˂http://archivesdufeminisme.fr/article.php3?id_article=24>, consultada el
8 de febrero de 2011.
Frauen Museum
(Alemania), ˂http://www.frauenmuseum.de/en/>,
en línea, versión consultada el 10 de febrero 2011.
Frauen
Museum. Museo de la Donna i Merano, ˂http://www.museia.it/>,
en línea, versión consultada el 10 de febrero 2011.
International Museum of
Women, ˂http://www.imow.org/home/index>, en línea,
versión consultada el 9 de febrero de 2011.
Kvindemuseet i Danmark ˂http://kvindemuseet.dk/uk>,
en línea, versión consultada el 08 de febrero de 2011.
Musea. Université
d´Angers et Université Virtuelle en Pays de la Loire, ˂http://musea.univ-angers.fr/>, en línea,
versión consultada el 9 de febrero de 2011.
Musée de la Femme
Henriette Bathily, ˂http://mufem.org/index.php>,
en línea, versión consultada el 10 de febrero de 2011.
Museo de la mujer
argentina, ˂http://www.museodelamujer.org.ar/>, en línea,
versión consultada el 9 de febrero de 2011.
National Museum of Women in the art,
˂http://www.nmwa.org/>,
en línea, versión consultada el 9 de febrero de 2011.